DICIEMBRE

Acaba el año. Objetivo cumplido. Un año de fotos (con una ausencia) que registran el paso del tiempo por uno de los árboles más singulares de nuestra ciudad. Y bien dicho el paso del tiempo por el árbol, porque por el árbol parece que no pasa el tiempo. Resulta interesante comprobar cómo a lo largo del año, los cambios no son espectaculares, casi pueden llegar a pasar desapercibidos para el ojo no experto. Y es que los cambios son lentos, muy lentos. En ello radica su longevidad.

SABER MÁS

NOVIEMBRE

El otoño avanza. Un otoño seco, extraño. Con algunos días de temperaturas excesivamente altas. El árbol continua. Imperturbable. Preparando, sin que se nota, los fríos (cada vez menores) del invierno.

SEPTIEMBRE

Aunque el ardiente verano aun continúa, lo peor ha pasado ya. Y sin embrago, el ahuehuete permence inalterable, como si le diera igual varano que invierno. Resulta difícil observa desde lejos diferencias en su apariencia. Pero si nos hacercamos, si no fijamos un poco más detenidamente, podemos ver como empiezan a aparecer p¡los primeros síntomas de la falta de agua y del inicio de la renovación de las hojas.

AGOSTO

Soportando el calor del verano.

JULIO

El verano en Madrid es duro. En las horas centrales del día todo el mundo se cobija en los lugares más frescos de la ciudad.

El Retiro, pese a tener algunas zonas muy frescas no es una excepción. Pero a primera hora podemos realizar un agradable paseo y comprobar cómo en el Parterre los árboles aguantan el calor y la sequía y desarrollan sus hojas refescando nuestra vista y nuestros cuerpos

JUNIO

MAYO

Las hojas han vuelto a tomar posesión del árbol.
Desde lejos el verde predomina.
Si nos acercamos, vemos las nuevas hojas junto a los viejos frutos.

ABRIL

Las nuevas hojas empiezan a asumir su protagonismo en el árbol.
El verde retorna.