martes, 8 de diciembre de 2009

DICIEMBRE

Acaba el año. Objetivo cumplido. Un año de fotos (con una ausencia) que registran el paso del tiempo por uno de los árboles más singulares de nuestra ciudad. Y bien dicho el paso del tiempo por el árbol, porque por el árbol parece que no pasa el tiempo. Resulta interesante comprobar cómo a lo largo del año, los cambios no son espectaculares, casi pueden llegar a pasar desapercibidos para el ojo no experto. Y es que los cambios son lentos, muy lentos. En ello radica su longevidad.

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